Luego de un periodo de reapertura gradual de la frontera que representó un respiro para la ganadería mexicana, el reciente cierre de la frontera para la exportación de ganado por parte de los Estados Unidos vuelve a significar un desafío para los gobiernos. En el caso de nuestro Chihuahua, este cierre afecta directamente a todo el sector ganadero. Más del 80% de los ganaderos chihuahuenses son pequeños productores que dependen del cuidado y la comercialización de su hato para sostener a sus familias y fortalecer nuestra economía local. De esta forma, la imposibilidad de exportar representa una pérdida importante en sus ingresos y, por ello, en los últimos meses hemos atendido este tema con la urgencia que merece.