Como vencedores del desierto, superaremos los retos económicos.
Para México, y en particular para nuestro Estado, esta noticia genera distintas preocupaciones, debido a la amplia relación comercial que mantenemos desde hace muchos años con el país vecino, así como a las pérdidas que supondrían estos nuevos impuestos. Sin embargo, hoy es momento para confiar en nuestras fortalezas, así como en las décadas de integración comercial de América del Norte.
Esta no es la primera vez que como Estado enfrentamos situaciones complejas. En el pasado, una servidora ha trabajado de manera coordinada con el empresariado chihuahuense. La más reciente de ellas fue en el 2022 durante el repentino cierre de la frontera, en la que, gracias a una estrecha comunicación y acciones oportunas, pudimos superar dicho desafío.
Chihuahua hoy tiene una economía fuerte, en mayor medida gracias a su vocación industrial. Somos el principal exportador nacional a los Estados Unidos, con más de 67 mil MDD al año, aproximadamente.
Del mismo modo, somos líderes nacionales en producción de electrónica, una de las industrias clave en el mercado global actual. Nosotros producimos 4 de cada 10 componentes electrónicos en México.
Es verdad que los resultados económicos industriales que hemos conquistado se deben en buena medida a nuestra cercanía con los Estados Unidos, pero nuestra posición geográfica no es la única razón por la que hemos consolidado una economía fuerte, ya que tener una buena oportunidad, no implica por sí sola un buen resultado.
Nuestra economía ha alcanzado un buen grado de solidez gracias al trabajo de generaciones de visionarios chihuahuenses, que desde el Gobierno y desde las empresas han apostado durante décadas por la construcción de una fuerte cadena de proveeduría en Chihuahua.
Dicha cadena se encuentra profundamente entrelazada con la producción que se genera en territorio estadounidense, debido a que durante años nos hemos dedicado a generar esquemas de producción para proveer a la industria de la Unión Americana.
Por ello, eliminar de golpe nuestra presencia en su mercado industrial, sin sufrir graves afectaciones económicas para su propio país, sería simplemente inviable.
Por nuestra parte, es compromiso de una servidora y del Gobierno del Estado colaborar para mantener una relación de intercambio y prosperidad con nuestro vecino del norte.
Mantenemos una buena relación con la federación, y así como prometimos nunca politizar la seguridad, no politizaremos el tema fronterizo. Ahora más que nunca necesitamos trabajar juntos ante los retos binacionales que, son diversos y complejos, y que sólo los superaremos unidos.
Como gobierno, debemos mantener las fortalezas específicas de Chihuahua en materia industrial, y mandar al mundo el mensaje correcto de que Chihuahua es una tierra de gente trabajadora y capaz, y que tenemos todo para seguir participando activamente de la economía global, específicamente a través de nuestra presencia en la industria norteamericana.
Así mismo, seguiremos enfocados en brindar certeza y confianza a través de la estabilidad financiera que hemos alcanzado; esto dicho por las calificadoras internacionales HR Ratings y FITCH Ratings que una vez más han mejorado su calificación para este Gobierno.
Ante los cambios venideros, los chihuahuenses, sabemos adaptarnos a la adversidad; y si vienen modificaciones en el tablero global, nos adaptaremos y encontraremos la manera de seguir arrancando prosperidad a la precariedad.
Termino estas líneas con un mensaje para el empresariado chihuahuense: tengamos confianza en nuestra capacidad industrial, y por supuesto, en el Gobierno del Estado. Estoy segura de que, mediante el diálogo, la negociación y la apertura, podremos descubrir puntos de convergencia cruciales, y ser aliados en el crecimiento de Chihuahua, México y nuestra nación vecina.
Así como en el pasado, hoy los empresarios cuentan conmigo y con este Gobierno del Estado para enfrentar los retos presentes y futuros para la industria de la manufactura en Chihuahua.
Maru Campos
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